Mientras
Mientras dormito en el poyo, el aire repta, deposita sámaras en el suelo y eleva otras por la verticalidad del ladrillo, extrañas mariposillas volanderas que sueñan ser olmo mañana. Solo una entre un millón lo conseguirá, como nosotros, que somos una estadística, una probabilidad mínima en una pelea infinitesimal. Nadie es fruto del amor, solo de la casualidad y la matemática.
(Foto: sámara sobre hoja)
Quizás la mayoría somos hijos de la pasión, ¿No?
ResponderEliminarMe ha gustado este texto y está foto :)
Voy leyendo hacia atrás en el tiempo y te voy comentando, ahora que puedo :)
Besito lleno de matemática ;)
Otro para ti, Ana, menos matemático y más irracional :)
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