Chutelucinamientos

Asomó su rostro entre la maraña de botellas de plástico de diferentes tamaños, colores y contenidos ―aquí sueros, allí antibióticos, acullá sospechosos líquidos desconocidos― que colgaban como búhos de mirada inquietante de una percha metálica situada arriba. De cada botella emergía un tubo de plástico transparente con extrañas llaves rematado en una agresiva aguja que se adentraba en mi brazo extendido. Me miró con ojos cargados de deseo y concupiscencia, y con sus labios de eucalipto me dijo abonico: 
―Trombopenia secundaria, púrpura distal en extremidades en contexto, ciprofloxacino y fluidoterapia. 

Excitado por sus sugerentes y sensuales palabras, incapaz de contener mis crecientes arreones testosterónicos, tomé su rostro entre mis manos, lo acerqué a mi mirada y le pregunté: 
―¿Febrícola asociada? 
―También― me contestó en un susurro. 

Aquello fue definitivo. Nos besamos apasionadamente con ruiditos totalmente descontrolados, nos emburruñamos en un nudo imposible de brazos, piernas y currícula vitarum, y acabamos fornicando como lobos toda la noche mientras arriba, al ritmo y contrarritmo de nuestros embates, el botellerío y material asociado tintineaba como cencerros de vacas jugueteando nerviosas en el prado alto de cualquier montaña.

Comentarios

  1. Lo que es la concupiscencia cuando no se sabe lo que contienen las botellas de colores.
    Un abrazo.

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  2. PEDRICE4/27/2018

    No te engañes Diego, yo estaba presente, en tu paroxismo erótico febril, le tiraste un viaje al enfermero que salió huyendo despavorido,llevándose por delante toda la parafernalia medicinal, que bien alineada regaba todas y cada una de tus venas, a través de tu brazo izquierdo.
    La próxima vez que te ingresen, que no te duerman.
    Duele un poco, pero al menos ves a quien te abrazas.....

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  3. Las botellas de colores concupiscentes, bonito título para un relato :) Abrazo, Juan.

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  4. Puede ser, Pedrice, pero... ¿qué me dices de las vaquitas y su cencerreo, hein, hein?

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  5. Buenísimo relato, Diego, y la viñeta genial.

    He seguido con la sonrisa puesta hasta el final este arrebato de pasión botellil y desenfrenado, Diego, con esos nombres tan excitantes que tienen las patologías y los remedios...

    ...ciprofloxacino y fluidoterapia, ¿febrícola? y de ahí al paroxismo

    Y, claro, curiosa que soy, he mirado el significado de "abonico", serçia más que bajito, quedo ¿no?.

    Si voy a aprender murciano, además de disfrutar de tu arte saleroso, Diego.

    El final bucolico-pastoril ya ha sido el remate para mi goce.

    Un abrazo,

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  6. Sí, Tesa, "abonico" en el palabrero murciano significa "en voz baja, quedamente". Una lástima que estas palabras desaparezcan del habla corriente de la gente... Abracete.

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