El tubo

Abandonó la ciudad, harto de humos y abundancias, de ikeas y decibelios, de cajeros automáticos y direcciones prohibidas. El autobús lo dejó en la única parada de su pueblo, allí esperaba rebuscarse y reencontrarse. Miró. No había nadie en cualquiera de sus entornos frontales, laterales u oblícuos. Ni siquiera en el bar el treintaitrés, donde la torta de boquerones (recordaba), cerrado. Estaba solo.

Entonces la vio. Era una tubería como otras mil, macarrónica, plasticoide, gris, fea. No tenía grifos, ni derivaciones, ni olor. Un tubo. Decidió seguirlo por las calles desiertas por ver si le conducía hasta algo humanoide, su porqué, su dónde. El tubo atravesaba plazas, trepaba fachadas, entraba en ventanas, emergía de alcantarillas sin un principio, sin un final, sin objetivo ni lógica. Desalentado después de tres horas de buscar los orígenes y ocasos de tanta vuelta y revuelta sin sentido, se sentó sobre la tubería, aburrido y cansado. Aplicó el oído al frío tubo plasticoide y oyó un ruido, como de algo que fluyese en su interior, un sonido semejante al que se produce cuando sorbemos un refresco con una pajita. 

Y ocurrió. El tubo emitió una especie de pseudópodo grisógeno que envolvió al individuo, lo comprimió y plop lo integró ―por ósmosis, dilución, transmutación o vaya usted a saber cómo― en el torrente gluglusónico del interior. Luego nada. 

Un eructo ―que nadie oyó, no había orejas― fue el final de esta historia, falsa como la vida misma.

(Foto: un tubo de incierto origen y desconocido final)

Comentarios

  1. ¡Qué imaginación, por favor! Creo que ese sonido del torrente gluglusónico me hizo venir, apreciado Diego, y así no perderme tus ideas fantásticas. Esas viñetas vacacionales con tanto sube y baja, ya lo dice todo.
    Una delicia, como siempre. Besos, abrazo y sonrisas.

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  2. El misterio de las tuberías...nunca sabes a ciencia cierta lo que pasa allí dentro. Ni los fontaneros se lo explican muchas veces.
    Y lo mismo que vienen se van con un eructo gluglusónico...que te deja desconcertado, desalentado, aburrido y cansado. Sobre todo cansado.
    Lo mismo me pasa con el trasto de mi coche que últimamente me trae de cabeza.
    En los dos casos... paciencia :)
    Un beso y una sonrisa :)
    Y por tu ingenio: otro beso y otra sonrisa.

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  3. Todo ser vivo es un tubo, con un inicio o boca y un final o culo. El tubo controla, glugluciza, pseudopodiza, rige. Algún sabio descubrirá pronto que el origen no es dios, sino un tubo. Al tiempo.

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  4. Jajajaja Cuanta imaginación. Que tengas buen fin de semana

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