Abrazar nubes

Aferrada a los barrotes invisibles de su cárcel invisible, desde niña amó y envidió a las nubes. Libres, viajeras, inalcanzables. Aún hoy las mira y pregunta. 

¿se besa una nube,
te abraza?
¿se hace líquida 
en tu boca?
¿huele a rocío?
¿te espera 
para alcanzarla?
¿se deja trepar,
te atrapa? 
... o te huye 
y se escapa.

No sabe que también las nubes son rehenes de un carcelero que solo ellas conocen. El viento.