Ocaso

Hexápodo de patas torpes por exceso de saltos y lunas. Ya no brincas vital ramblizos ni cañadas, ni el sol oblicuo del otoño alimenta tus alas, difíciles ahora de desplegar. Camina hacia el pocillo de esa roca recién llovida y mírate: ya no eres, asimílalo. Pero no te llores ni pretendas volver a tu fuiste, sonríe y renquea hacia la primera mata del camino, cobíjate a su sombra y, abonico, aguarda mirando hacia poniente. Los ocasos también son bellos.

Comentarios

  1. Me ha encantado tu relato y encima te agradezco el regalo de una nueva palabra,(yo que las colecciono), que desconocía. ABONICO, que entiendo que debe significar, silencioso.
    Pronto miraré hacia poniente, para ver, ¿la belleza?, de mi ocaso.
    Mientras llega, seguiré saltando entre ramblizos y procuraré mirar por donde el sol nace.
    Un abrazo.

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  2. Juan, "abonico" es una preciosa palabra del léxico murciano que, por desgracia, ya apenas se utiliza. Significa, como intuyes, "calladamente, sin ruido, despacio, delicadamente". "Habla abonico, abuelo, que tu nieto se acaba de dormir". Hay muchas palabras como esta que, por desgracia, encontraron su ocaso definitivo mirando a un horizonte que nunca regresará.
    Abrazote.

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  3. Si es por exceso de saltos y lunas, bien se admira el ocaso, abonico.
    Esto deben de pensar todos los saltamontes, avispas y demás bichos que entran en casa últimamente. :)
    Yo pretendo seguir todavía brincando un trecho del camino...aunque sea a la pata coja como ahora. :)
    Muy bonito texto. :)

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  4. Otoños!!
    Que poco me gustan...

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  5. Fran, deseo que superes con buen espíritu y humor los días monópodos que te esperan :) Y que dejes entrar como siempre a los múltiples bichejos en tu casa, cojitrancos o sin :)

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  6. Gata, a mí me gustan los otoños de rizos plateados. Mucho.

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  7. Pues Diego, encualquier día destos cambio la foto de la gata y paso a lucir mis rizos de ese color natural canoso matizados en plata que más de una niña de 20 años me ha preguntado que matiz de tinte se gastan.
    Besote. Muy gordo.

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  8. No te voy a reconocer en Sants la próxima que vaya por allí :D
    Muy besote. Gordo.

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  9. ¡Oh, Diego, qué precioso, me sigues cautivando! Debería venir con más frecuencia, eres un encanto, qué monada ese ocaso del saltamontes, lo dices tan bien, tanto. A la sombra de la primera mata te dejo un abrazo.

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  10. Que lindo diego..... leyendote me senti saltamontes cansada de tantos saltos del dia.... y en el ocaso buscando un refugio en la mata...
    Te felicito!!
    Te dejo un beso!!

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  11. Virgi, asómate por aquí cuando quieras :) Yo siempre lo hago en tu blog, siempre aprendo. Y entiendo que tengas cerrado el acceso a comentarios, para mí es un gesto de humildad, pues podrías tener decenas de ellos. Un besico, tinerfeña viajera :)

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  12. Gra!, otro beso para ti :)

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  13. Me alegra que pases por mi blog, Diego, un abrazo con ganas de dártelo en vivo. De veras, de veras ;)

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  14. Virgi, según te leo, vienes con cierta frecuencia por la península. Si pasas por Madrid o por Murcia, avísame, me encantaría conocerte. Y si no, en Tenerife, si tengo la suerte de volver por allí :)
    Beso.

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  15. Oh, que preciosidad de texto, Diego, y encima me he sentido como ese saltamontes en mi Ocaso, que a veces es más oscuro y a ratos más luminoso. Estoy en "ese hacerse mayor sin delicadeza" que canta Sabina.

    El saltamontes renacerá en primavera, no como yo que me activo en otoño y me desactivo en cuanto vienen los calores.

    Soy rara, me encanta el otoño y el invierno.

    Que bonico y sonoro suena ese abonico y su significado, Diego.

    Un beso,

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  16. Hola, "rara" Tesa :) Me encanta la gente rara, los que, como cantaba Brassens "suivent une autre route qu'eux". Disfruta de tu otoño, que en Madrid más parece un seudópodo del verano :)
    Un beso.

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