Palabras repudiadas

Dicen nuestros ilustres académicos que son palabras en desuso, que apenas se utilizan desde hace mucho tiempo y, zasca, las eliminan del Diccionario de la Lengua Española sin contemplaciones. A cambio ―o para compensar― incorporan nuevas palabras que son de uso cada vez más frecuente en conversaciones y escritos de los hispanoparlantes. Como idea no está mal, pero yo me pongo de los nervios cada vez que se hace este tipo de revisiones a la baja y se publica la lista de palabras repudiadas “por falta de uso”. Pobreticas. 

En la última revisión se han eliminado 26 vocablos, entre ellos algunos tan sonoros, bellos y biensonantes como adéfago (voraz), camasquince (entrometido), ahogaviejas (planta herbácea), cocadriz (hembra de cocodrilo), ochentañal (persona de ochenta años), etc.

Entre las palabras ajusticiadas hay dos que me parecen especialmente bellas e indignas de padecer tal desconsideración: palacra (pepita de oro) y durindaina (justicia). Esta última se podría recuperar, pienso, sin más que sustituir la palabra “sarandonga” por “durindaina” en la rumbita Sarandonga cantada por Lolita Flores. Ambas palabras tienen ritmo, ¡arsa!, y gracia a raudales. La copla quedaría así (parmitas rumberas, por favó): 

Durindaina nos vamo a comé 
Durindaina un arró con bacalao 
Durindaina en lo arto der puerto 
Durindaina que mañana es domingo 
cuchíbiri cuchíbiri 
cuchíbiri cuchíbiri 
cuchíbiri cuchíbiri 
Durindaina y óyeme cantar! 

Quizás con esta pequeña modificación la revitalizaríamos y conseguiríamos recuperarla para futuras ediciones del Diccionario. Hablaré con Lolita, a ver si la incorpora en sus próximos bolos. 

Pero lo que más me apena y me hace llorar con gritos y rabietas incontroladas son algunas de las nuevas palabras incorporadas. Entre ellas figura la horrorosa “selfi ”. De acuerdo, todos la pronunciamos ahora, pero ¿qué será de ella dentro de diez años? Habrá caído en el más absoluto de los olvidos y pasará a incorporarse a las palabras exiliadas. Fugaz existencia le vaticino. 

Por estas razones, para evitar que desaparezcan por falta de uso palabras tan bellas como ababol, baladre, picoesquina, azurronar y tantas otras de mi querida “habla” murciana, y aprovechando que tengo seis millones ochocientos mil cuatrocientos trece seguidores (millón arriba o abajo), les voy a suplicar que las incluyan en textos, conversaciones, wasapos, pancartas, pasquines, dimes y diretes para ver si conseguimos librarlas de la ignominia del destierro. 

Y si a pesar de mi esfuerzo desaparecen, propongo que se cree el “Diccionario de las Palabras Repudiadas”, para que quede constancia de su existencia en una vida anterior en la que brillaron, limpiaron y dieron esplendor. Ahí dejo la idea, por si alguien recoge la goluba.

Comentarios

  1. Partiendo de la base que la evolución del lenguaje va indisoluble de la evolución de la Humanidad, la sostiene, la difunde y etc... pues... me parece que bien que se crea (cosa ya hecha por otra parte y por lingüistas de todas partes del globo ;), una sala especial en el museo de las palabras para disfrute de los nostálgicos...me la imagino transitada los domingos por la mañana por abueletes ochentañales acompañados de sus nietos... que al cabo de un rato empezarán a bostezar y les pedirán ir al burguer a tomarse unos nuggets y hacerse un selfy.  A no ser que vayan al parque a dar una vuelta montados en la versión moderna de la dresina. :D
    Creo que con las nuevas tecnologías hay sitios para todas las opciones ya que la idea del diccionario también ha evolucionado desde el siglo XVII ¿no?... Y quedarse anclado en el pasado, rechazando términos nuevos, augurándoles corto recorrido y pretendiendo que se sigan usando palabras que no van a ser entendidas por nuestros contemporáneos es limitar el alcance de nuestra comunicación...
    Y que conste que me encantan las palabras en desuso (tengo una buena colección en francés y has enriquecido mi colección en castellano; todas son muy interesantes por su recorrido... y musicales ;)
    Los idiomas, como las personas evolucionan y por eso están vivos; los que no lo hicieron, ahora son lenguas muertas.
    Un texto muy interesante, sí señor :)

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  2. Framboise, te doy la razón. El idioma evoluciona, es algo vivo, y hay que incorporar nuevos vocablos, y quizás eliminar otros. Mi texto pretende ser solo (ahora se puede escribir sin tilde) humorístico, como el "mono" que he dibujado. Pero existe una realidad: el Diccionario de la Lengua Española tiene unas 88.000 palabras, de las cuales el españolito medio utiliza unas 1.000 y el españolito culto unas 5.000. ¿Hay que eliminar las decenas de miles de palabras que no utilizamos?. Evidentemente, no. Por eso no acabo de entender que se eliminen unas docenas con la excusa de que "no se utilizan" cuando no se utiliza la inmensa mayoría. Supongo que a los elaboradores de crucigramas también les debe cabrear que les eliminen esas palabras difíciles :)
    Y por supuesto que estoy de acuerdo en que se incorporen nuevos vocablos. Pero reconoce que algunas incorporaciones son por lo menos extrañas. Como ese "selfi" (con i latina la palabra incorporada por la RAE, y género masculino o femenino, al gusto del consumidor), que evidentemente es un "palabro" de moda que no va a aguantar muchos lustros en el Diccionario.

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  3. Buenas buenas!
    ¡¡Qué maravilla de ilustración Diego!! Me río con ella y me parece que vale más que mil palabras.

    Soy amante de las palabras. Si tienes ganas puedes pasar por mi blog y buscar las entradas del 04 y 11 de octubre. En ambas escribí sobre ellas.
    Estaría bueno organizar un "festival de palabras"
    Me anoto a la idea de Framboise, "crear una sala especial en el museo de las palabras para disfrute de los nostálgicos..."
    Ambos llevan razón ,creo, en partes de sus dichos.

    Como sea, me hace feliz que se haya eliminado "ahogaviejas" habida cuenta que no sé nadar...

    Y, más allá del revuelo que causó, me alegra también que no acepten "todes". Sin embargo, en lo personal, estoy de acuerdo con "todos y todas" "amigas y amigos" "lectores y lectoras", como para citar apenas unos ejemplos.
    Claramente el lenguaje evoluciona, nada es estático pues la humanidad no lo es, sin dudas.

    Y no me opongo a ello. Es solamente una opinión personal y sin fundamento alguno más que mi propio gusto. No por ello dejaré de aceptar lo que para otras gentes sea correcto.
    Luego , el libre albedrío, me permitirá hacer o no uso de ellas.

    Y para no hacer de esto un palabrerío me sumo a la creación del diccionario de "palabras repudiadas" y me despido con una opinión sobre tu texto:
    ¡Me ha encantado el tono humorístico que lleva implícito!(Allende el punto de realidad)
    Abrazo y
    ¡Será "durindaina"!(No sé si podría usarse así, nunca oí esa palabra pero me parece muy bella.)

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  4. Lu, ya mismo me estoy pasando por esas entradas tuyas de los días 4 y 11 de octubre :)

    En cuanto al Diccionario de las palabras eliminadas, creo haber leído que ya existe algo parecido. Me alegra pensar que su destierro no sea total, que se puedan consultar, imaginar que debaten entre ellas :) En el fondo son cultura y creo que la cultura nunca se debe destruir.

    Abrazote.

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  5. Es una pena que desaparezcan. Un saludo

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  6. Como siempre un placer leerte.
    Que el 2019 termine bien y el 2020 comience mejor.
    Un abrazo
    Marijose

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  7. Hola, Marijose! Lo mismo te deseo. Veo que sigues "oculta" :) Un abrazo.

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  8. Diego, magnífica como siempre tu entrada y la ilustración que la acompaña.
    Me apunto para crear el "Diccionario de las Palabras Repudiadas" ¡Pobrecitas!
    Decirte que soy una de tus seis millones ochocientos mil cuatrocientos trece seguidores, y me han encantado saber la definición de esas bellas palabras marginadas. Algunas las desconocía.
    Abrazos.

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  9. Maripaz, quedas apuntada, por supuesto :) Ya sabes que eres una de mis favoritas entre los diez millones quinientos mil doscientos treita y siete seguidores que tengo, la cuenta sigue subiendo desde que publiqué la entrada :) Tezanos a mi lado es un aprendiz :) Abrazo fuerte.

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  10. Un diccionario o un lugar idílico donde pasar su destierro, Diego.

    Se pueden venir todas a mi Almacén de los días perdidos, que pese al nombre allí no se pierde nada... Las trataría con mucho cariño, pues soy una amante de las palabras por separado, juntas, en prosa, en verso o con música

    Pese a ser una amante de las palabras, hay muchas de las repudiadas que no conocía...Gracias por traerlas hasta mí antes de que se pierdan como lágrimas en la lluvia.

    ¿Y qué me dices, Diego, de las que cambian su significado por el mal uso que se hace de ellas?

    Como álgido, bella palabra que hasta hace un tiempo significaba lo más frío y que ahora se acepta para definir el punto culminante, el más caliente por lo tanto.

    O elite, que le han tenido que poner acento porque muy pocas personas la pronunciaban correctamente, ahora élite, la más usada, cambiando por tanto su origen.

    Un abrazo,

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  11. Tesa, la RAE elimina palabras "cultas" aunque de poco uso y sin embargo incorpora otras de dudosa "cultez", como almóndiga, culamen, conceto, uebos (¡manda uebos!), toballa... Yo voy a proponer que incorporen también "tontolculo", me parece que ya va mereciendo tener una definición en el Diccionario.

    Buen idea la de mandar las palabras eliminadas a tu almacén: allí tendrían una segunda vida llena de alegría y felicidad.

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