Llamadas
Desde hace unos años no ceso de recibir llamadas anónimas en mi móvil cuya intención es venderme algo, ya sea un contrato con una compañía eléctrica, o de gas, o de telefonía, o de agua, o una suscripción a una revista, etc. Son muy cansinos, como moscas cojoneras, todos podemos afirmarlo pues la invasión de este tipo de llamadas es general.
Al principio respondía, amablemente, que ya soy mayorcito para elegir por mí mismo mi compañía eléctrica, o telefónica, o mi marca de gel de baño. Pero ante la insistencia diaria y a una ofensiva cada vez más feroz, mi actitud fue cambiando poco a poco. Me he hecho algo más violento, aunque por naturaleza soy un tipo tranquilo y educado. Incluso he llegado a cortar las llamadas de mala manera. Conste que compadezco a las telefonistas (suelen ser mujeres) que se dedican a este ingrato trabajo, pues imagino que deben oír, por un sueldo de miseria, toda clase de improperios, que darían para escribir un libro (en cierta ocasión le propuse a una de estas sufridas trabajadoras que escribiera un libro con las contestaciones que recibía, seguro que ganaría mucho más dinero que el que le están pagando sus tiranos explotadores)
Sigo.
Harto, hace seis meses cambié de actitud. Decidí no contestar a ninguna de estas llamadas anónimas y pasarlas a la lista negra de mi móvil para que no me molestaran más (cuando me llaman desde uno de los números de esa lista el móvil no suena). Al mismo tiempo, creé una base de datos que recoge todos estos números de teléfono indeseables desde los que me llaman desde hace seis meses. Sí, ya sé que es una gilipollez, pero cuando uno es pensionista hay que ocupar muchas horas al día, no todo va a ser jugar a la petanca en el parque, beber calimochos y llevar nietos al colegio.
Resumiendo, hasta hoy llevo registrados en mi base de datos, en mi lista negra, un total de ¡495! números de teléfono diferentes. En vista del éxito, y después de consultarlo conmigo mismo, he decidido que haré una excepción y contestaré a la llamada número 500, antes de incluirla en mi lista negra, y premiaré a la sufrida telefonista que la realice con una botella de vino de Jumilla y una lata de michirones, deliciosos productos de la gastronomía de mi tierra. Espero que reciba con cariño mis regalos. Y si quiere compartirlos conmigo, no habrá inconveniente por mi parte.
jajaja Así q aunq he subido con calma las escaleras está vez he llegado la primera! Qué maravilla! Creo q me merezco mi botellita y mi lata de eso q no sé lo q es : ) A mí me ocurre como a ti, pero como ni te go tiempo, ni sé cómo crear base de datos me dedico a poner en silencio el móvil en cuanto suena y veo q no es un teléfono conocido...Me ocurre como a ti, antes contestaba amablemente ahora ante la insufrible avalancha , ni descuelgo...en fin...Muy simpática ti ocurrencia harás feliz a la afortunada telefonista q haga la llamada 500...pobres, es verdad , vaya vida : ( Un beso...ah! q lo olvidaba meeencanta tu imagen ...mucho, mucho ..Buen finde ciberastróligoartista : )
ResponderEliminarMaría, has llegado la primera, y sin sofocos :). A este pino no se suben muchos comentaristas, pero a todos ellos os otorgo mi sello CI (Cultura e Inteligencia). Y sentido del humor. No es pelotilleo, lo digo como lo siento.
EliminarPues si me das tus coordenadas te mando esa botellita y esa lata (aunque no sé si te gustarán los michirones, barrunto que vives en el norte, y allí hacer la competencia a "les fabes" con otra cosa parecida es casi una temeridad :)
Mi propuesta de la llamada 500 es completamente en serio (supongo que será el lunes, los fines de semana nos dejan tranquilos) Y espero que, si al final le mando el regalo a quien me llame, no se lo acabe bebiendo-comiendo su jefe :) Ya os contaré.
Un beso, María.