Aquí vengo yo a estrenar tu nuevo blog, Diego y a ponerme al día. Me gusta mucho como lo has montado, tiene luz propia. Ese amor por la tierra me cautiva. Abrazos.
Los que vivimos rodeados de asfalto sólo olemos la tierra de las macetas. Por eso cuando tengo tiempo y las piernas me dan de sí, vagabundeo por los caminos más solitarios del Retiro, hablo con los gatos y las urracas, olfateo las plantas y los árboles e imagino que es mi Paraíso particular.
Me gusta mucho el olor de la tierra cuando empieza a llover.
El olor de las macetas también tiene su aquel, Tesa. Y El Retiro, claro, al que también acudo a pasear :) Yo soy un monte-adicto, a menudo me escapo a recorrerlo, en Madrid y Caravaca tenemos montañas muy sugerentes. Y también busco los caminos menos transitados. Preciosa la minitormenta de esta noche en Madrid, ahora huele a ozono, al menos en mi barrio (Chamartín). No abandones tu paraíso particular, ni dejes de hablar con urracas y gatos ni de oler tomillos y bojs. Un besico.
Unas letras donde se intuye a quien conoce bien y sabe cuidar de la tierra.
ResponderEliminarY una foto preciosa.
Besicos, poeta. :)
Le dijo el Duque de Bedford a la Doncella de Orleans, en Ruan allá por año 1431
ResponderEliminarLa tierra es la piel de la Tierra, Fram.
ResponderEliminar¿Cuálo, cuálo, Pedrice? :)
Aquí vengo yo a estrenar tu nuevo blog, Diego y a ponerme al día.
ResponderEliminarMe gusta mucho como lo has montado, tiene luz propia.
Ese amor por la tierra me cautiva.
Abrazos.
Qué bonito, Diego, que poético lo de la bruma...
ResponderEliminarLos que vivimos rodeados de asfalto sólo olemos la tierra de las macetas. Por eso cuando tengo tiempo y las piernas me dan de sí, vagabundeo por los caminos más solitarios del Retiro, hablo con los gatos y las urracas, olfateo las plantas y los árboles e imagino que es mi Paraíso particular.
Me gusta mucho el olor de la tierra cuando empieza a llover.
Un beso,
El olor de las macetas también tiene su aquel, Tesa. Y El Retiro, claro, al que también acudo a pasear :) Yo soy un monte-adicto, a menudo me escapo a recorrerlo, en Madrid y Caravaca tenemos montañas muy sugerentes. Y también busco los caminos menos transitados. Preciosa la minitormenta de esta noche en Madrid, ahora huele a ozono, al menos en mi barrio (Chamartín). No abandones tu paraíso particular, ni dejes de hablar con urracas y gatos ni de oler tomillos y bojs. Un besico.
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