Paz

Al final llegaron estos días, que parecen tan lejanos cada uno de enero. Otro año recorrido, vivido, en el que he atravesado azules, rojos, verdes, grises, según las curvas y las pendientes del camino. Y algún naranja. Lo califico con un 7 sobre 10, no es mala nota para unas botas con tan escasa suela. Pero aún queda, hoy lo he comprobado al dejarlas al pie del árbol en el que no creo. Espero que me duren al menos un año más, es lo que pido siempre en estas fechas. 

Y luego, el Blog. Para mí es una terapia, un compromiso que procuro cumplir cada semana. Ya llevo diez años y no me canso, aunque hay épocas en que los pallás dominan a los pacás. Escribir aquí es sentirse vivo (¿otro azul?), en parte por las personas que he conocido, las que envían comentarios o simplemente las que leen lo que se le ocurre a esta mente desordenada. 

Os mando una sonrisa y un abrazo a todos los que habéis dejado algún comentario al pie de este Pino a lo largo de 2018, a los que hayan pasado por aquí, y a todo el mundo, hoy ando cariñoso.