El árbol seco

Hoy he subigo por la senda del Calar y, al cruzar la rambla, te he vuelto a encontrar donde siempre. Pero tú sabes que no te encuentro, sabes que te busco, que me gusta ver como apareces poco a poco tras la ladera mientras camino: la copa primero, desnuda, tus ramas después, desnudas y al final tu tronco reseco. “¡Qué calor!”, te he dicho, aunque también sabes que es mi excusa para sentarme a tu lado, a tu no-sombra, y allí contarte y que me cuentes. Me has vuelto a contar que has sido un árbol feliz, que naciste hace muchos años de una semilla de pino carrasco que dejó caer, entre piedras, un piquituerto despistado. Que has vivido tormentas, soles deslumbradores, vientos y brisas, lluvias refrescantes (pocas, te quejas) y noches limpias llenas de aldebaranes. pléyades y oriones. Que en tus ramas han anidado generaciones de alcaudones, pardillos, chipiculíos, chamaretas, “¡hasta un águila real!”, me dices orgulloso (esto nunca lo he creído, pero sonrío cuando me lo cuentas, me gusta que lo imagines). Que hace algunos años una pareja joven se cobijó a tu sombra ―entonces tenías sombra―, se besaron, se desnudaron e hicieron el amor mientras tú vigilabas para avisarles ―el crujido de una rama, el chasquido de una piña que se abre― si alguien avanzaba por el sendero. Y yo te cuento las historias de siempre, las que ya conoces y las que han ocurrido desde la última vez que vine a verte. Son secretillos que solo tú y yo compartimos. 

Me cuesta separarme de ti, pero el sol empieza a desaparecer tras el risco de La Ventana, Venus es ya un punto visible en el cielo y tengo que bajar antes de que se haga de noche. Sabes ―sé― que pronto nos apareceremos de nuevo, yo a ti por el sendero, tú a mí por la ladera, y que se abrirán una vez más nuestras sonrisas y nuestras historias. Hasta el día en que tu tronco orgulloso sucumba a un último rayo convirtiéndote en ladera, tierra, monte o mis rodillas ya no den para tanta cuesta arriba. 

(Foto: un pino seco en la ladera del Calar)

Comentarios

  1. Maravillosa y poética entrada, que habla de tu demostrado amor a la naturaleza.
    Es un placer leerte e impregnarse de tus conocimientos de ese maravilloso mundo de la sierra, los campos y sus especies, los cielos y sus estrellas.
    Pido porque el árbol seco siga en pié y tus rodillas aguanten, para poder seguir disfrutando de regalos, como este que acabo de leer.
    Un sincero abrazo.

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  2. Juan, a tu lado soy un poetilla :) Me apasionan esas sierras, amables o amenazadoras, según las circunstancias climatológicas y su humor. Como a ti te apasiona tu tierra manchega, sus rastrojos, bodegas y su "habla", tan parecida a la murciana. En unas semanas voy a volver por allí y subiré a ver si sigue mi pino seco, que desde que era niño, cuando estaba frondoso y lleno de vida, me marcaba la situación de la entrada a la cueva de Mayrena. Prometo contártelo, siempre que mis rodillas no se rebelen y me dejen a medio camino :)
    Abrazazo, Juan.

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  3. Es bonito tener un árbol como punto de referencia y compartir confidencias con él.
    Te entiendo: yo también tengo uno: un enebro, casi seco también, creciendo entre rocas escarpadas, en un alto donde tiene (y tengo) una vista amplia sobre Madrid y su contaminación por un lado y sobre la sierra y sus encantos por el otro. (ya te puedes imaginar hacia dónde miro ;)
    Cuando mis pies y rodillas me lo permitan de nuevo, subiré a verlo y le contaré lo de tu pino mayrenero para que sepa que no es único (a veces se toma por la rosa del Principito este también :D y presume, no de águila sino de otras muchas cosas... que no te puedo contar porque son secretos)
    Disfruta :)

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  4. Diego qué prosa tan poética!!!
    Cuánto sentimiento y amor allí puesto en letras que me remiten a bellas imágenes.
    ¡Una preciosidad!
    Sin palabras amigo me has dejado hoy...
    ¡Eso es todo un logro de tus decires tan bellos!
    Abrazo y disfruta de tu árbol amigo

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  5. Framboise, en Mayrena tengo dos o tres árboles con personalidad propia, y amigos desde hace años. Uno de ellos es el que da nombre a este blog, al que le dediqué una de mis primeras entradas. Desgraciadamente, lo derribó (creo) un rayo, pues ya solo queda de él el tronco tumbado, deshaciéndose poco a poco. Al menos no cayó sobre la boca de la sima. Espero que tu enebro dure aún muchos años.

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  6. Oh, Diego, que hermoso escribes... Conmovedor, sobre todo ese anuncio del final de vuestra relación cuando tu árbol se convierta en ladera, tierra, monte... y tus rodillas ya no estén para tanta cuesta...

    Cuando era pequeña soñaba con tener para mi sola un olivo centenario, un limonero, y un sauce llorón con sus ramas rozando el suelo para cuando me apeteciera desaparecer...

    ...Pero ya me gustaría tener un pino seco como el tuyo al alcance de mis rodillas maltrechas, con tantas historias...Y hasta me creería lo del águila real.

    Me río, Diego, porque tú hablando con los pinos, y yo... ya lo descubrirás cuando te pases por el Almacén.

    Un abrazo,

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  7. Tú tienes todos lo árboles del Retiro, Tesa. Me paso por tu querido almacén :)

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  8. Carlos Ruiz Zafon-La sombra del viento de ahí sacaste el texto.Sos en realidad carlos Ruiz o ¿sos alguien que copia lo que otros escriben?

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  9. yo una vez copie un comentario
    pero sería incapaz de copiar lo que otros escriben
    Espero que me contestes en mi blog
    Si es que sos macho...jajajajajajajajajaj

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  10. Recomenzar, no voy a caer en tu provocación. Si quieres respuesta, léela en mi entrada "Plagiando a Ruiz Zafón".
    Un saludo.

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  11. Anónimo3/14/2020

    Pues pensaba pasar de puntillas, sin ruido, en silencio, en realidad sólo entré para saber si estás bien... lo estás, preciosa entrada. No creo que Ruiz Zafón conozca la Naturaleza tan bien cómo tu. Tus pájaros, tus insectos, tus árboles, ese sentimiento que se respira cuando escribes sobre ella...Yo tengo que decir que te he leído a ti antes que a Ruiz Zafón, antes que La sombra del viento me hiciera sentir el aire, incluso el aire enrarecido del rincón de los libros olvidados, años antes yo ya leía a Elzeard ;D

    No me gusta el anonimato soy Lourdes. Gracias Diego por esta entrada tuya, hacía mucho que no me pasaba por aquí. De hecho es que no recordaba ni el nombre del blog...pero lo he encontrado. Es verdad, este es el primer año en muchos años que no me has felicitado la Navidad... no importa siempre te voy a agradecer el que me hayas enseñado a sentir la Naturaleza.
    Framboise un bsuco también para ti por si lees este comentario

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  12. Hola, anónima Lourdes! :)
    Disculpa, pero este año no he felicitado a nadie las navidades, he sido un malqueda con todas mis antiguas amistades. No volverá a ocurrir, como dijo nuestro JC, "el dimitido".
    Te envío un mensaje a tu correo.
    ¿Qué habrá sido de Elzeard?

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