El fin de las armas

Las guerras terminarán cuando termine la industria de fabricación de armamento militar. Pero como esto hundiría los muy rentables negocios de los países (ricos, siempre) que se dedican a la fabricación y venta de estos artilugios destructores, sugiero que, a partir de ahora, todas las armas militares que se fabriquen tengan sus cañones y dispositivos de muerte dirigidos hacia ellas mismas, de forma que el primer disparo suponga su autodestrucción. De esta forma, los salvapatrias, los iluminados, los asesinos de tanta gente inocente se verían obligados a recurrir al viejo e inocente tirachinas cada vez que, por su capricho de expansión, quisieran correr sus fronteras unos metros más allá. Aunque sería preferible que se metieran dentro de uno de esos tanques autodestructivos y disparasen. El mundo, que sólo quiere la paz, se lo agradecería. Pero me temo que no caerá esa breva.