La cabaña


Él quería construir una cabaña en el monte (ese monte del que conocía cada collado, cada cabezo, cada ramblizo). Para ello, buscó posibles materiales en la vieja almazara, hoy convertida en almacén caótico de todo lo inservible, deteriorado u olvidado sin concesión a la nostalgia. Encontró azaones y corbillas en las trojes, unas capazas, guitas de atocha, baleos, gayás hechas con ramizo de alatonero, algún perigallo… nada que le pudiera servir para su proyectada cabaña. Cuando ya se marchaba, decepcionado, vio, en la esquina más oscura de la nave, algo que le podía ser de utilidad: un marco de madera con una reja de hierro en su interior, sin duda la reliquia de una viejísima ventana de la casa del abuelo, hoy sustituida —supuso— por una ventana doble de aluminio sin personalidad ni ascendencia. 

—Esta me la llevo— se oyó pensar mientras arramblaba con el trasto y lo subía al también vetusto tractor, otra reliquia. 

Recorrió bancales y trochas hasta alcanzar el lugar elegido, un espacio trajillado previamente entre pinos, romero y olores a monte. Como pudo —malamente— descargó el ventanuco y lo colgó entre dos pinos: era el primer elemento de su futura cabaña. La ventana se balanceaba suavemente con el viento, parecía agradecida y feliz por su liberación. Él se sentó en una roca cercana y contempló la escena: le gustaba, francamente. Tanto, que decidió, olvidándose de la cabaña, considerar a la ventana como un humilde homenaje a la libertad, un símbolo de la inutilidad de las rejas en un mundo en el que no existen más fronteras que las que dibuja el hombre sobre un mapa con un lápiz caprichoso y retorcido. El aire, el polen, las abejas, los pájaros atravesaban la reja sin más preocupación que la de no darse un coscorrón en el trasiego. 

Y allí quedó el ventanuco. Él iba a verlo cada vez que viajaba por aquellos lares, lo integró en su paisaje del monte, y pensaba que la ventana también se alegraba al verlo aparecer. La balanceaba con cariño, jugaba al cucú trastrás con ella, asomándose alternativamente a uno y otro lado del alféizar entre sus risas y las que imaginaba en la ventana. 

Así anduvieron coqueteando un par de años. Hasta un día en el que, al ir él a su encuentro como en tantas ocasiones, vio vacío el espacio que ocupaba. No había ventana, apenas quedaban, en el suelo, unas astillas del marco de madera. Buscó en los alrededores como un poseso algún rastro de la reja, pero no lo halló. Tras unos instantes de frustración y desconcierto, comprendió o quiso comprender: la ventana con su reja quizás también se sentía apresada en aquel entorno que él le había creado creyendo liberarla de su oscuro destino, y una madrugada rompió sus ataduras… y voló. Libre de verdad esta vez. 

Hoy mira al cielo desde el hueco vacío y, cuando hay nubes, le parece ver la silueta de su querida ventana en los cirrocúmulos de allí arribotas. Entonces, siempre, saluda con la mano, lanza un beso al aire y sonríe por si sus fantasías fueran realidad.

(Foto: un "paisa" pelando la pava)

Comentarios

  1. "y una madrugada rompió sus ataduras… y voló. Libre de verdad esta vez. "
    Era su destino ;) He vuelto :)

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    1. Ana María3/29/2022

      Framboise!! Cómo me alegro de leerte, no te imaginas qué alegría :)) Te mando un abrazo fuerte fuerte :)

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    2. Fran te digo lo que Ana, es para mí una inmensa alegría verte re-aparecer por aquí. Tú también has volado... y has vuelto. Espero volver a leer pronto tus papeles naranjas. Un beso :). Y otro para Ana.

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    3. AnaMaria, diego... un abrazote fuerte, fuerte :))

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  2. Una entrada bien rica en todos los sentidos. El primer párrafo ha conseguido algo que no he necesitado en años: mirar en el diccionario. Has hecho que pierda en ignorancia y gane en sabiduría. ;)

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    1. Gracias, Cabrónidas. Son palabras hoy desgraciadamente en desuso, y que eran vulgares en tiempos de mis antepasados murcianos. Hoy es muy difícil oírlas, pero siempre quedarán escritas en viejos papeles de viejos poetas. Me alegra hacer que un erudito como tú mire al diccionario por algo que yo he escrito :) Un abrazo.

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  3. Hola Diego! Qué linda historia! Plena de sentimientos, de sueños, de realismo mágico...
    Maravillosa!
    Y esa foto es ¡una joyita! Si hasta me dan gans de conseguir una igual para colgar de los árboles de mi mini parque (o gran jardín) y echar a volar mi imaginación tras la brisa marina.

    Eso sí, a mi también me tocó ir al diccionario. Muchas palabras que no existen en mi vocabulario cotidiano. Algunas no necesité buscarlas, pues ubicadas en el contexto lograba "adivinar" su significado. Otras, las menos, si fui al dle de la Rae. Ejemplo "Perigallo"

    Sugerencia: en tu próxima entrada PORFA un "aclaratorio de las palabras usadas" 😊😊

    Abrazo va y que tengas unas semana placentera.

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    1. Leo lo que escribí y pareciera que quiero colgar la foto de lo árboles de mi jardín. 😂 😂
      Ya sé que a "buen entendedor...." pero por si acaso lo que quiero es !ese marco con ese enrejado!

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    2. Lu, la foto te la regalo. En cuanto a la ventana, quizás los vientos y las nubes vuelen hacia el sur del sur y un día llueva la ventana, con reja y todo, en tu jardín. Quédatela, pero procura que no te dé en la cabeza, que pesa mucho :)

      Y para que no me regañes. ahí te dejo el significado de esas antiguas palabras, algunas pertenecientes a la "lengua murciana" (también conocida como panocho)

      azaon = azada
      corbilla = cedazo, criba
      troje = es una especie de pesebre donde se guardaban las aceitunas hasta la molienda
      capaza= serón, capacho
      guita = cuerda, soga
      atocha = esparto
      baleo = eran como ruedas circulares de esparto que se utilizaban para colocarlas una encima de otra, impregnadas de aceite bruto, y prensarlas y extraer un aceite algo más refinado de ellas.
      gayá = bastón, cayado
      ramizo = (esta me parece que me la he inventado yo :) rama fina de uno o dos años
      alatonero = almez (un árbol que no sé si existe tan al sur ...)
      perigallo = estructura formada por tres maderos unidos en un extremo, con unos toscos escalones, utilizada para recoger la fruta de árboles frutales como el albaricoquero (durazno) y otros.

      Una penica que desaparezcan estos términos... Supongo que con el lunfardo ocurrirá otro tanto parecido.

      Me subo al perigallo y lanzo un beso hacia tus coordenadas. Algo llegará (supongo...)

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  4. Madre mía, Diego que maravilloso relato con esa riqueza de palabras enlazadas entre si. Como han dicho los anteriores lectores, también yo he tenido que acudir al diccionario...jejeje
    Bueno... y esa fotaza...
    Me ha recordado a la sabiduría popular que dice no se pueden poner puertas al campo, o ventanas...
    Esa ventana del abuelo tenía vida propia, no cabe duda.
    Y como símbolo de libertad voló libre por fin.
    Un relato precioso, con una prosa poética maravillosa.
    Tienes que prodigarte más con estos regalos.
    Un abrazo.

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    1. Hola Maripaz :) Efectivamente, no se pueden poner puertas al campo... aunque se las ponen. Cuando voypor esos montes no hago más que saltar barreras de piedra y abrir portones de ganado (que luego cierro religiosamente :)
      Intentaré prodigarme más, Maripaz, pero entre el covid, el postcovid, el putin y el postputin las ideas no acaban de entrar en mi cerebro medio loco.
      Un beso.

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  5. Qué guapo estás asomado a esa ventana a la que has dotado de vida propia de una manera poética y deliciosa que me ha encandilado, Diego.

    Y amante como soy de las palabras he disfrutado por partida doble de tu relato tan frondoso de términos especiales y campestres, ya en desuso, alguno de los cuales me han llevado a mi niñez pueblerina.

    La verdad, Diego, aunque suene maravilloso que tu ventana vuele libre por esos cielos de tus campos favoritos, quedaba de cine en su nuevo entorno, un homenaje a esas vetustas y sólidas construcciones de nuestros abuelos y una escultura bella meciéndose entre los árboles como un punto de encuentro donde reposar del trajín de la ciudad, de los covids, putins, y demás agoreros que nos cabrean y oxidan nuestros pensamientos y nos alejan de nuestra esencia más natural y feliz.

    Un abrazo,

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    1. Tesa, la historia de la ventana es verdadera hasta ese vuelo imaginado a las nubes en busca de su libertad. Lo cierto es que una noche, algún o algunos ladrones desaprensivos se la llevaron. Ahora estará en cualquier almacén, junto a otros objetos robados, esperando que alguien dé unos euros por ella. Presa en un rincón oscuro. la antítesis de la libertad. Y no solo se han llevado mi ventana, también han entrado de nuevo (van 6 veces) en mi cabaña, rompiendo los cristales para robar nada, pues nada hay de valor dentro. Solo unos libros, pero esos no se los llevan, dudo que sepan leer... Eso sí, si rompen 10 veces mi cabaña, diez veces la voy a reparar :)
      Beso, Tesa.

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  6. Mucha de la Torre4/04/2022

    DIEGO eres tan poca cosa tan poco hombre que abusas con palabras a gente que no se mete con vos. Y tienes enojos quizás porque te gusto demasiado jajajajaja
    Jamás voy a tu blog y con Tesa nos intercambiamos emails
    Si queres te pongo uno de los email de ella para que veas que bien nos llevamos y cuantos chistes nos hacemos.
    Por lo tanto dejá de jo..der..me
    Vos y la persona que has creado que se llama Cabrónidas

    Acordate trabajo en un periódico y vemos cosas desde ahí que nadie vee

    Mucha de la Torre

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    1. Mucha (= recomenzar), al fin has descubierto mi secreto: me gustas demasiado.
      No hace falta que me pongas ningún email de Tesa, sé que la quieres mucho y la defiendes siempre de los ataques despiadados que le dirigen tus palmeros.
      Diego = Cabrónidas :D ¡Qué más quisiera yo que escribir como escribe él...! ¿Trabajas en un periódico? Me encantaría leerlo ¿me puedes mandar su nombre, un enlace, algo?
      Tus amenazas de revelar lo que nadie ve me tienen en una angustia constante, no duermo por la noche, sufro muchísimo.
      Forget me, please (si puedes)

      (PD: he copiado tu comentario antes de que lo elimines, como sueles hacer)

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