Didacus, el primer hombre del tiempo (y3)

 


El año 64, el homúnculo encerrado en el Homo predictoris, harto de la explotación a la que se veía sometido —enclaustramiento, falta de aire, deslizamiento, comida escasa, deconstrucción, caída libre al bulbo inferior del artilugio, reconstrucción, salario inexistente y repetición del ciclo—, en un acto encomiable de rebeldía, decidió vengarse engañando al emperador. Cuando Nerón lo consultó para conocer el pronóstico del tiempo antes de realizar las siembras de primavera, el homúnculo, aunque sabía que ese verano se avecinaban terribles tormentas en todo el imperio, preñadas de granizo destructor, deslizó hacia el bulbo inferior del reloj un “cagarrius ratio” de tipo muy fino, finísimo, es decir, indicativo de que la climatología auguraba una cosecha espectacular, nunca vista, para ese año 64. 

Nerón, exultante, ordenó a sus esbirros sembrar todos sus heredium con quíntuple dosis de semillas selectas y gastó millones de denarios en binas, oreos y majencas para que la cosecha —y sus ganancias consecuentes— fueran las mayores del siglo. 

Y esperó. 

El 18 de julius andaba Nerón dando la matraca con su lira en un balcón del Monte Palatino, observando sus campos resplandecientes, cuando unos enormes nubarrones negros aparecieron por occidente, sobre la colina de Esquilino. Pronto se cubrió el cielo y durante diez horas cayeron rayos, truenos, aguaceros y granizo del tamaño de huevos de gallina, con una virulencia jamás vista desde el diluvio universal. Nerón dejó la lira a un lado: ojos abiertos desorbitados, manos en la cara, expresión de horror y miedo en el rostro… Cuando escampó, pasado el asombro inicial, ordenó —a gritos, de mala manera— que se presentaran inmediatamente los administradores de sus tierras. 

Los administradores fueron llegando uno a uno para informar al emperador. Cuando habían llegado todos, los pasaron al Aula Regia del Palacio, donde Nerón los esperaba recostado en su triclinium situado en un plano superior al de la plebe como demostración de superioridad, jerarquía y desprecio. Entonces iniciaron el protocolo reglamentario que se exigía a la chusma ante la presencia del emperador: cuadrarse, levantar la mano diestra, arrodillarse, emitir un sonido gutural, levantarse, volver a cuadrarse, permanecer en silencio. Cuando Nerón dio autorización para que hablasen, el más anciano, Isidrus labratoris, habló: 

—¡Ave, imperator!. El desastre ha sido general en todo el imperio. No ha quedado tomate sobre tomatera, ni pimiento sobre pimentera, ni melón sobre melonera. Toda la cosecha destruida. Está usted técnicamente arruinado, imperator. 

Entonces Nerón, presa de una terrible furia se levantó, alzó sus manos al cielo y exclamó con toda la fuerza de su garganta: 

¡¡¡DIDACUS, EGO CACAS IN TUA MERETRICEM MATREM!!! 

… y lanzó el Homo predictoris al suelo con tanto furor que el cristal se partió, liberando al homúnculo quien, cantando por lo bajini “la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida” desapareció rápidamente de la escena. 

Luego, Nerón, con su ira definitivamente descontrolada, quemó Roma, agarró a Didacus por los brazos, dio dos giros sobre sí mismo y lo lanzó por la ventana. Didacus Cumulus Nimbus Verticalis, mientras sobrevolaba el Circus Maximus tuvo tiempo de gritar, sin acritud: "¡Mejor quemao que esclavizao, tontolculo!". Luego desapareció más allá, entre las llamas. 

Y este fue el triste final de Didacus a quien, no obstante, nadie podrá quitar el honor de haber sido el primer hombre del tiempo. Ni siquiera nos ha quedado como recuerdo la estatua de la Via Apia, que fue derribada y reducida a carbonato por los bárbaros germánicos que arrasaron la ciudad años más tarde. 

¿Y el homúnculo? Nadie volvió a verlo. Se dice que huyó al norte de Europa, donde no había romanos ni es necesario predecir el tiempo (siempre es malo en aquellas latitudes), y que allí anda feliz entre dökkálfars, vartálfars, ljósálfars, gnomos y demás duendes del bosque.

FIN

Comentarios

  1. Simplemente ¡¡¡genial!!!, amigo.

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  2. Me has hecho reír como nunca, Diego. Tienes una capacidad creativa extraordinaria, el "especial argot" utilizado es de gran brillantez y capacidad imaginativa, pero con todo me voy a quedar con la frase del culmen de la acción del relato: ¡¡¡DIDACUS, EGO CACAS IN TUA MERETRICEM MATREM!!!
    Un abrazo, Diego y enhorabuena.

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    1. Gracias. Reír es muy sano, Enrique :)) El "argot" me lo da el tío google que siempre tengo a mi lado cuando escribo según qué cosas :) Y esa frase quizás fue cierta y es el origen de la que se grita hoy en español :)
      Abrazazo para ti, Enrique.

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  3. Insuperable trilogía sin puntos débiles que ya nunca podré olvidar, jajajajajaja, y los nombres, todavía menos.

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    1. Me alegra que te haya gustado, Cabro. Me divertí mucho escribiéndola :))

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  4. Magistral amigo Diego! Aplausos para ti.
    ¡Me pareció muy divertido el relato! Y, también, aleccionador pues al fin queda al descubierto la verdadera causal del gran incendio de Roma.
    Ya deberías presentar tu relato -puede ser como Ensayo- a quien corresponda en tu país para que vayan aclarando la historia.:):)
    ¡Y ni hablar de la procedencia de esa frase que se mete con las santas madres! ¡No puedo parar de reír Diego
    Y, como si todo ello no fuera suficiente, me ha hecho muy feliz saber que el Homo predictoris anda por allí correteando y a su aire.
    Fuerte abrazo va.

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    1. Quizás ahí está el verdadero origen del incendio de Roma por Nerón. Lo comentaré con la Real Academia de la Historia :) Lo que es más dudoso es que Nerón pronunciase esa frase, pero todo podría ser :))
      Abrazo viajero trasoceánico, Lu.

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  5. ¡Qué decirte Diego! que me has hecho reír y que disfruté mucho tu escrito. Te quedó bien estructurado, creíble, con salidas inteligentes y divertidas....y bueno, ahora ya sé el origen del argot en cuestión, que mira ha cruzado fronteras y cada país lo adapta, pero su esencia no varía.
    Abrazos Diego

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    1. Hola, Tatiana. Me alegra que te haya hecho reír esta historia absurda. La frase se ha hecho universal, ya veo, aunque con matices debido al paso de los años.
      Un abrazo, Tatiana.

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  6. Al menos uno se salvó de la ira su ira. La frase para enmarcar, antes de leerla iba a copiarla y llevarla al traductor pero después de leída, eso no era necesario.

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    1. Sí, Maia, el homúnculo ya es eterno, aunque nadie lo ha visto :) Un abrazo.

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  7. Me he reído un montón, Diego, una historia genial. Y me gusta más esta versión de Nerón, donde va a parar.

    Me hace ilusión que al final el hombrecillo se salvara, Diego, y bueno ya sabes en el Norte de Europa hace siempre mal tiempo, pero al menos tienen fama de civilizados.

    Ya lo decía Salvador Espriu:

    Oh, que cansat estic de la meva

    covarda, vella, tan salvatge terra,

    i com m’agradaria d’allunyar-me’n,

    nord enllà,

    on diuen que la gent és neta

    i noble, culta, rica, lliure,

    desvetllada i feliç!

    Que resumiendo y cansado de su vieja y salvaje tierra soñaba con ir al Norte donde dicen que la gente es limpia, noble, culta, rica, libre espabilada y feliz...

    Un abrazo,

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    1. Tesa, ya sabes que tú eres la inspiradora :)
      A ver si un día podemos vernos y tomarnos esas dos cervezas de la esquina izquierda de tu composición :)
      Un abrazo.

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