Historia natural y moral de las aves (2) El águila.

El águila inicia la serie de aves que describe el canónigo Francisco Marcuello en su Historia Natural y Moral de las Aves. Entresaco, entrecomillo y comento algunos párrafos. 

“Hay varias clases de águilas, como la que mató al poeta Esquilo, dejando caer sobre su cabeza, que la tenía muy calva, un galápago, un día que por huir de una desgracia, de la que estaba amenazado, estaba tomando el Sol en un solanar de su casa. Esta especie de águila es la que acomete en los prados de los ríos, donde están paciendo, a los cisnes, ansares y grullas, como lo atestigua Homero en su Iliada”. 

No sabía —o no recordaba— que Esquilo murió de un “galapagazo” que le arreó un águila, ni que el poeta tuviera la cabeza muy calva. Esta guía, fuera de chacotas, es una fuente de cultura para los ignorantes como yo. 

“En las partes Septentrionales hay un género de águila muy grande, que antes de poner los huevos busca una liebre, y la desuella, y pone dentro de la piel dos huevos, y con ellos la cuelga en un árbol muy alto, y se va, y los deja sin cuidar más de ellos, hasta que la misma naturaleza ayudada del calor del Sol y de la secreta virtud de la piel de la liebre, los saca a la luz” 

Intentaré encontrar este águila septentrional, buscando liebres colgadas de árboles muy altos. Lo que ignoraba es la secreta virtud de la piel de la liebre. 

"Hallándose el águila fatigada de la vejez, vuela lo más alto que puede. Para que el calor del Sol le consuma el humor que le impide la vista, y así como está encendida de sus rayos baja velocísimamente, y se zambulle tres veces dentro de las aguas más frías que halla, y levantándose de allí, se va a su nido, metiéndose entre sus hijos, que cuando hace esto son ya tan crecidos y pueden cazar por sí solos. Suda con su calor de tal manera, que se viene a pelar toda; y todo el tiempo que está así la abrigan sus hijos, y le traen de comer hasta que vuelve a emplumar, y se renueva"

A eso llamo yo ser un buen hijo agradecido, y no los que mandan a sus padres a una residencia en cuanto empiezan a chochear. 

Moralidad 

“El águila que examina a sus hijos a los rayos del sol y que desecha al que no la mira libre y constantemente es Dios nuestro señor, que pone a sus hijos a los rayos del Sol de la claridad eterna, y a los que, no haciendo caso de los bienes de la gloria, cierran los ojos, y apartan la vista de las cosas celestiales y la ponen en los bienes de la tierra, los arroja del nido de su amor, y los deja andar, y vivir a su albedrío” 

Yo quiero ser como esos aguiluchos “desechados”, para poder andar mi vida libre, a mi albedrío. 

"La naturaleza caliente y seca que el águila tiene, la hace muy airada ; y así metida en cólera, hiere y maltrata a las aves inocentes y sin malicia. Así la imitan los hombres tiranos y crueles, que con poca o sin ninguna ocasión se aíran contra los otros hombres menos poderosos que ellos, y ejecutan mil crueldades y tiranías en ellos" 

De estos hombres tiranos y crueles aún quedan mogollón cuatro siglos después… He descubierto en este párrafos el verbo airarse. Ya dije que leyendo esta guía se culturiza uno. 

"El Águila de larga vista, que desde lo más alto del aire ve los peces del mar, es Dios nuestro Señor, que desde lo alto de su gloria vio a los pececillos de los hombres, que andan luchando con las olas de las miserias del pecado en el mar de este mundo, y los arrebató, y convirtió a la Fe, levantándolos al estado de la gracia, para que así mereciesen la gloria" 

Hoy, las que ven a los pececillos humanos que nadamos en las calles urbanas atestadas son las mil cámaras de vídeo instaladas en cada esquina. Pero no nos rescatan ni nos convierten a ninguna fe.. 

"De tres huevos que suele poner el Águila, solo viene a criar dos pollos, echando al otro del nido. Nos enseña que, de tres apetitos que suele tener el alma, que son el deseo de su salvación y la quietud en esta vida y también los deleites corporales, conviene que estos últimos los arrojemos lejos de nosotros, si queremos que los dos primeros huevos salgan a luz, y se logren, y lleguen al fin deseado. Considerando lo que nos dice Dios: Atended, que no agravéis vuestros corazones con los deleites de esta vida, figurados en la borrachera, y embriaguez"

Arrojemos lejos, pues, los deleites corporales si queremos que nuestros dos huevos salgan a la luz y quedemos liberados de la borrachera y la embriaguez.

Comentarios

  1. Ahora que no nos oye nadie, me has hecho buscar bibliografía, (vulgo, Google), para cerciorarme que el tal Francisco Marcuello y su Historia natural y Moral de las aves, no era una invención tuya y en realidad existió.
    Me temo que la consideración final es más que difícil. Puede que la borrachera y la embriaguez, sean detonantes para que esos dos huevos salgan a la luz.
    Un abrazo.

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    1. Pues sí, el tal Francisco Marcuello existió y publicó esta Historia Natural y Moral de las Aves. Para la parte natural se inspiró en las obras sobre la naturaleza de Aristóteles y Plinio. La parte moral (la más "sabrosa") sí parece que salió de su cacumen.
      Un abrazo.

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  2. Aquí otra persona que ha recurrido al Oráculo (aka, google) para comprobar la existencia del mentado libro. Las águilas vuelan tan alto que nunca las he considerado como parte de mi vida, demasiado inaccesibles. Me sucede algo parecido con los yates y los coches de lujo ;)

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    1. No tan inaccesibles, Beauséant. Con unos buenos prismáticos llegas incluso a diferenciar allá arriba una perdicera de una culebrera sin problemas :) En lo del yate y el coche de lujo estamos de acuerdo :)

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  3. Jajajaja, el final ha sido insuperable. Si bien siempre hay un huevo que cuelga más que el otro, los dos deben ver la luz.

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    1. Ya lo dijo el profeta: "lo que no se airea no se menea" :)

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  4. Ja
    Yo también he ido a -San Google- a comprobar si el sujeto en cuestión existió o era parte de tu imaginación.
    Visto lo visto; yo creo que al final quedará ese único huevo excluido, que no veo que exista suficiente tiempo para el cambio; ya llevamos dos mil y tantitos años y nada, ¿no?.

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    1. San Google siempre acude en nuestro auxilio, Maia :)
      Cierto, en ciertos aspectos estamos igual que hace 2.000 años...

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  5. Cuidadín, diego, me dice Perrete que vas a correr la misma suerte que un tal Ícaro de seguir de esta guisa :))
    Abrazote, y mil cariños.

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    1. Es curioso que Ícaro no esté incluido entre las aves de este documento de Francisco Marcuello, como sí lo están el Pegaso y el Murciélago :) Espero no correr la misma suerte que Ícaro :)
      Un abrazo patí y dos lametones a Perrete.

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