"media luna", el recogepelotas

 

Nunca supe su nombre. Lo llamaban “media luna” porque su cara, vista de perfil, recordaba a una luna en cuarto creciente, con su frente y mandíbula sobresaliendo con respecto a sus ojos y naricilla. Tenía unos diez años y era muy atento y servicial con los jugadores de tenis a los que asistía como recogepelotas en los partidos de campeonato. 

Las labores de un recogepelotas de tenis son variadas. Entre ellas: “volar” para recoger de la pista las pelotas después de cada punto; retroceder hasta su lugar de “estacionamientro” en el borde de la cancha; esperar a que el tenista le haga una fría mueca —jamás una palabra amable, una sonrisa— para que le pase, una a una, las pelotas y poder elegir sus dos preferidas mientras arroja el resto hacia atrás, sin mirarlo; afanarse en agarrarlas como sea... Pero, además, tiene que acudir presto a llevarle la toalla al jugador, cuando este se la demande con un gesto antipático e imperativo de barrerse su rostro con la mano  —nunca he visto a ninguno decirle al recogepelotas, “pásame la toalla, por favor”—, y estar atento hasta que el señorito se seque el sudor y los mocos y se la arroje —sin mirarlo ni darle las gracias—, hasta la próxima mocada. 

Un día, “media luna”, hartó de servilismo, contestó con un gesto negativo de la cabeza cuando el tenista de turno le gesticuló que le acercara la toalla. El tenista lo miró con ojos extrañados, amenazadores; repitió su señal de barrerse la cara con la mano, pero “media luna” persistió en negarse a cumplir su orden. El desconcierto fue total en la pista. El juez de silla recriminó al recogepelotas su actitud y le instó de forma desagradable a que acercara la toalla al sufrido jugador. Pero “media luna”, parado en su rincón, ni se movió. Al final fue expulsado de la pista entre el silbido de la mayoría del público y una minoría de aplausos de los que se solidarizaban con su actitud de rebeldía. 

Recuperada la calma en la cancha, el juez de silla hizo señas a otro de los recogepelotas para que acercara la toalla al jugador, que permanecía inmóvil en la línea de saque, con cara de cabreo. Pero el niño hizo un gesto negativo reiterado, por lo que también fue expulsado. Lo mismo ocurrió con el resto de recogepelotas; todos repitieron el gesto de “media luna” y todos fueron expulsados de la cancha. Al final, el partido fue suspendido por falta de recogepelotas y el público, entre abucheos y protestas, tuvo que abandonar las gradas. 

Fue una victoria de “media luna”, que pasó a ser considerado un héroe entre sus simpáticos coleguillas. Desde entonces, se han introducido unos cajones con toallas en los bordes de la pista y cada señorito jugador tiene que dirigirse a ellos para poder secarse por sí mismo el sudor y los mocos después de cada tanto. Tampoco les supone tanto esfuerzo, joder.
 

Pero “media luna” no cesa en sus reivindicaciones laborales. Ahora anda empeñado en cumplir su siguiente misión: conseguir que, durante los descansos entre punto y punto, cuando los jugadores se sientan para descansar un rato después de tanto esfuerzo, los recogepelotas no tengan que hacerles de aguadores —llevándoles líquidos desde la nevera ante la demanda generalmente impertinente del jugador—, ni protegerlos del sol abriendo sobre ellos una sombrilla, no sea que se quemen, pobrecitos. Espero que lo consiga por el bien de este bello deporte.

Fotos:
1. Una recogepelotas acerca la toalla al tenista ante la demando de este.
2. Un recogepelotas sostiene una sombrilla para que el sol no moleste al sufrido jugador.





Comentarios

  1. Así es como se consiguen las conquistas sociales. Lo malo que algunas las estamos perdiendo y apenas quedan valientes.

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    1. No somos más que coordenadas, algoritmos programados.

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  2. Así empiezan las revoluciones, con alguien que dice que no, :)

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    1. Me temo que esta revolución la tiene perdida el media luna. He visto que vuelven las toallitas en mano y la sombrillas protectoras. Qué pena…

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  3. Hola Diego. Acá vengo, llegando de a poquito. Retornando al mundillo Blogger luego de mis vacaciones. Paso a saludarte y encuentro este estupendo relato.
    ¡Me ha encantado amigo!
    ¡ Y vamos por ese "revolucionario" !
    Ojalá niños, niñas y jóvenes tengan siempre el coraje necesario para no convertirse en "esclavos modernos"
    Abrazo desde mi sur

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    1. Lu, bienllegada a tu sursureño :)
      Lo tienen difícil los niños modernos con tanta pantallita “formadora”. Los veo y están todos clonizados. Difícil encontrar un rebelde.
      Por cierto, ¿cómo se llama en Argentina a los niños que recogen las pelotas en las canchas de tenis? Supongo que no se los llamará recogepelotas por el sentido que la palabreja puede tener allá :)
      Abrazote.

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    2. Pues no sé cómo llaman a los niños recogepelotas en las canchas de tenis. Sé que a los que lo hacen en los partidos de fútbol los llama igual o, también se los conoce como, "alcanzapelotas"
      En todo caso, de una u otra manera suena "raro" :) :)
      ¡Disfruta del finde, amigo!
      Va mi abrazo

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    3. Habrá que buscarles otro nombre :)
      Abrazo, sursureña.

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  4. Diego:
    una vez leí que los recogepelotas aprendían mucho al estar en contacto directo con los tenistas, pero, como no veo partidos, no sabía que eran tan maleducados al pedir la toalla, o las pelotas o lo que sea.
    ¡La educación y las buenas maneras reflejan a una persona!
    Salu2.

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    1. Los tenistas, para mí, son los deportistas más despóticos con el entorno que los rodea. Se libran pocos (entre ellos, “nuestro” Alcaraz :). Quizás es la consecuencia de ser un deporte tan individual. A mí me asombra que no toleran ningún ruido o movimiento entre el público y, sin embargo; la mayoría de ellos lanzan unos gritos estestóricos en cada raquetazo que asustan a cualquier ser viviente.

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  5. Un olé por el chaval.
    Así se van conquistando derechos.
    Alguien tenía que decir basta.
    Ya está bien de señoritiños...
    Abrazos

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    1. Hola, reportera :)
      El “medio luna” existió realmente. Hace años, en el club que yo jugaba, aún existían recogepelotas. Había uno que a mí me recordaba a algo, pero no sabía qué. Un día pasó un coleguilla a su lado y le dijo “hola, media luna”. Entonces supe a qué me recordaba. Era un genio, había inventado una especie de cazo de mango largo que usaba para recoger las pelotas del suelo sin tener que agacharse. Hoy debe ser un afamado ingeniero :)
      Un abrazo, Maripaz.

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  6. Ana María4/30/2025

    Veo que se publicó el 28, lunes.. Lo mismo fue culpa de ese recogepelotas el apagón, que se negó a que publicaras nada de él y decidió que lo mejor era dejar a toda la península sin luz y que no funcionara Internet ni nada, así todos sabríamos lo que es bueno :))

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    1. El media luna era muy listo. Hubiera resuelto el apagón en un pispás. O lo habría provocado, nunca se sabe.
      Un besazo, Ana.

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  7. Jajaja te leí q Mefua Luna existió de verdad ...Ahora creo q están introduciendo a niños con síndrome de dawn , con lo sinceros q son no sé yo si alguno les tirará la toalla a la cabeza como den con algún tenista despótico...o mejor dicho, más q la media porque tienes toda la razón . don muy ricos, en su defensa diré q como están tan concentrados ni se dan cuenta ...no hay más mundo q la pista y la bola ..por otro lado si de revelan todos los recoge pelotas de quedarían sin curro al final...este mundo no tiene piedad , enseguida volcán a dos o tres robots..Por encontrar un lago positivo de este abuso q lo es, estos niños además de la experiencia de estar en grandes premios aprenden humildad para sus vidas q no está mal , entre el despotismo y el servilismo hay un término medio y no acabamos de encontrarlo me temo ...Mira, en pádel no hay recoge pelotas, las pareces nos hacen casi todos el trabajo , yo juego a pádel , junto con buscar setas de las cosas q más me gusta hacer siempre q puedo, creo q es un deporte tan bueno para el cuerpo como.osrs la mente y además muchísimo menos exigente q el tenis ..aunq me gustan mucho los dos .mil gracias por este ratito DIEGO .te dejo con tus estrellas , mi último beso por hoy : )

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    1. En el tenis, la tecnología ha eliminado a los jueces de línea. Pero los recogepelotas (¡horrible nombre, pordiós!) son insustituibles. De momento no se ha descubierto ninguna tecnología que entregue las pelotas a los jugadores para que las jueguen. Generalmente son chavales que pertenecen a alguna escuela de tenis y se entregan a su misión como si les fuera la vida en ello. Yo me fijo mucho en cómo actúan durante el partido, cómo se mueven coordinadamente para que al jugador nunca le falte una pelotita cuando la demande. Su labor es sorda, a pesar de lo indispensable que resulta. Y pocas veces se les da una palabra de agradecimiento, una palmadita en el hombro cuando acaba el partido. Lo que me resulta insultante es que en el torneo que se juega ahora en Madrid, estos chavales disciplinados y entusiastas han sido sustituidos en los partidos más importantes por modelos femeninas y masculinos que lucen modelitos y que tienen poca idea (y ningún entusiasmo) de cuál es su misión en la cancha, excepto la de mostrar su palmito. Y seguro que cobran mucho más que los chavalillos, a los que imagino que se les despacha con un bocata y una fanta :)
      Yo he jugado mucho al tenis, es un deporte precioso. Los Connors, Graf, Ever, Mac Enroe, Navratilova, Borg, Sampras no necesitaban que nadie les diese una toallita para secarse los mocos, ni los protegían con una sombrilla en los descansos, ni pegaban berridos orgásmicos en cada golpe. Y jugaban de maravilla.
      El pádel es diferente, cada cuál recoge sus pelotas (qué mal suena...:) Lo malo es que necesitas a tres colegas para jugar. Yo siempre he sido de deportes individuales (bicicleta, natación, montaña) en los que no necesitas a nadie que vaya detrás de ti para darte un vaso de agua, o secarte la frente, o protegerte con una sombrilla :D Aunque no sé... Si alguien se presta, le doy mi número de teléfono, que ya me voy haciendo mayor :)
      Vaya rollo te he soltado, perdona :)
      Tercer beso sabatino, María.
      Y cuidado con las phalloides :)

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    2. Te honra este entusiástico alegato en defensa de la labor de los recoge pelotas, es verdad q casi siempre nos pasa desapercibidos todos aquellos q sin darnos cuenta nos hacen la vida más fácil , a mí siempre me gusta saludar a los jardineros o los barrenderos de mi ciudad cuanto me los encuentro, de hecho me admira ver lo bien cuidadas q tenemos las plantas por todas partes, tb me gusta mucho cuidarlas a mí y sé q no es facil.. Los tenistas de élite, como cualquier poderoso en la cumbre no ven más allá de su ombligo, están acostumbrados a ser el centro de su mundo y con el tiempo se les ha ido idiotizado un poquito más, sí , tienes razón jaja.....pero fíjate , recordé tu post viendo jugar las semifinales a un tenista argentino q no había visto nunca, Cerundolo, creo q se llama , les entregaba la toalla en las manos todo sonriente cada vez q se la cercaban los recoge pelotas, fue mi favorito solo por ese gesto, lástima q aún pudiendo ganar por su juego, su mente le pudo más y perdió, pero ya no se me olvida y he tenido q mirar a lo q te referías al final ! qué peligro tiene el latín!...No, de esas setas jamás he visto...las q yo cojo son inofensivas ,es más, casi parecen flores no se las confunde con ninguna seta venenosa .. Jugar a tenis , como a pádel requiere de otro, en pádel más gente, es verdad, pero para mí eso es un aliciente , además de deporte socializas y la gente q se mueve en el mundo del deporte suele ser buena gente ...como aquí en la blogosfera : ) Otro beso y feliz finde DIEGO!

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    3. Hola de nuevo, María :)
      Cerundolo ha sido una sorpresa agradable en este torneo. Con respecto a la toalla de marras, para mí lo más importante no es que los jugadores la pidan o la devuelvan con educación, sino el hecho de que estén obligados a servirla los recogepelotas cuando el jugador la demande.
      He estado mirando el reglamento de los recogepelotas del reciente Open de tenis de Madrid y consta de ¡38 apartados!, ni que fueran aspirantes a ser nombrados Presidentes de la Federación de Tenis. Pobrecitos. Entre sus obligaciones, figura esta:
      ""Durante los cambios y los finales de set, los recogepelotas deben ayudar a los jugadores en "cualquier cosa que necesiten" y situarse a la altura del pasillo de dobles justo enfrente de ellos"" (Manda huevos…)
      Pero entre esas múltiples obligaciones no he leído ninguna que se refiera a llevarles la toallita secasudores al finalizar cada punto.
      Y no cobran un euro por su labor, como especifica el reglamento, “No obstante, además de poder conocer a grandes estrellas del tenis, verles entrenar en el Open de Madrid y ver cómo es por dentro un torneo de tal envergadura, los y las recogepelotas reciben la comida o la cena durante las horas de voluntariado” Por lo menos no tienen que llevar la tartera a su trabajo :)
      Te doy la razón, la gente que hace deporte suele ser buena gente. Además, sana y alegre.
      Beso dominguero, María.

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  8. jajaja Me dejas asombrada ! cuantísimo interés te has tomado con estos chicos , gracias por contármelo ; )

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    1. Es que, en mi niñez... yo fui recogepelotas :))

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